Corrientes y Sistemas Pedagógicos
Contemporáneos
Carolina Chiriboga
Respecto
a las principales corrientes pedagógicas contemporáneas, iniciemos su
descripción básica y brevemente.
El
paradigma de “La escuela nueva” La llamada “Escuela Nueva” fue un movimiento
pedagógico heterogéneo iniciado a finales del siglo XIX. La escuela nueva,
llamada también escuela activa, surge como una reacción a la escuela tradicional
y a las relaciones sociales que imperaban en la época de ésta. Se constituye en
una verdadera corriente pedagógica, en una propuesta educativa de nuevo perfil,
quizás cuando al finalizar la primera guerra mundial, la educación fue
nuevamente considerada esperanza de paz. Pese a que sus orígenes son más
remotos, el movimiento encontró su mayor auge en tiempos bélicos, por lo que su
ánimo renovador de la enseñanza es característico, además de fundamentar gran
parte de sus planteamientos en la psicología del desarrollo infantil. Para
algunos estudiosos llegó a ser como una revolución copernicana en la educación.
En la opinión de Ferriere (1982) los pedagogos de la escuela nueva fueron
poseídos por un ardiente deseo de paz y volvieron a ver en la educación el
medio más idóneo para fomentar la comprensión entre los hombres y entre las
naciones, la solidaridad humana; desarrollar el amor fraternal sin importar
diferencias de nacionalidad, de tipo étnico o cultural; que el impulso de vida
se impusiera por fin sobre el instinto de muerte; que se pudieran resolver de
manera pacífica los conflictos entre las naciones y entre los grupos sociales.
De esta manera, la nueva educación tendría que ser capaz de formar a los
individuos para la paz, la comprensión y la solidaridad. Según el movimiento de
la Escuela Nueva era importante denunciar y modificar los vicios de la
educación tradicional: pasividad, intelectualismo, magistrocentrismo,
superficialidad, enciclopedismo, verbalismo con el propósito de definir un
nuevo rol a los diferentes participantes del proceso educativo. Así pues,
tenemos que la noción de niño en este modelo debe estar basado en
planteamientos del desarrollo, y el acto educativo debe tratar a cada uno según
sus aptitudes. No hay aprendizaje efectivo que no parta de alguna necesidad o
interés del niño, ese interés debe ser considerado el punto de partida para la
educación. Respecto a la relación maestro – alumno se transita de una relación
de poder-sumisión que se da en la escuela tradicional a un vínculo marcado por
una relación de afecto y camaradería. Es más importante la forma de conducirse
del maestro que la palabra. El maestro será pues un auxiliar del libre y
espontáneo desarrollo del niño. La autodisciplina es un elemento que se
incorpora en esta nueva relación, el maestro cede el poder a sus alumnos para
colocarlos en posición funcional de autogobierno que los lleve a comprender la
necesidad de elaborar y observar reglas. En este sentido, si se considera el
interés como punto de partida para la educación, es innecesaria la idea de un
programa impuesto. La función del educador será descubrir las necesidades o el
interés de sus alumnos y los objetos que son capaces de satisfacerlos. Están
convencidos de que las experiencias de la vida cotidiana son más capaces de despertar
el interés que las lecciones proporcionadas por los libros. Se trata de hacer
penetrar la escuela plenamente en la vida; la naturaleza, la vida del mundo,
los hombres, los acontecimientos serán los nuevos contenidos. En consecuencia,
si hay un cambio en los contenidos, debe darse también un cambio en la forma de
transmitirlos, así que se introdujeron una serie de actividades libres para
desarrollar la imaginación, el espíritu de iniciativa, y la creatividad. No se
trataba sólo de que el niño asimilara lo conocido sino que se iniciara en el
proceso de conocer a través de la búsqueda, respetando su individualidad. A
pesar de que sus principales representantes mantenían diferencias sustantivas,
tanto en sus concepciones sobre la educación, sobre el niño, sobre la
naturaleza social de la institución escolar, como en el contexto político y
sociológico en que se desarrollaron cada una de las escuelas pertenecientes al
movimiento, existen correspondencias significativas entre ellos. Entre los
representantes más destacados de esta nueva corriente pedagógica se encuentran:
Rousseau, Pestalozzi, Tolstoi, Dewey, Montessori, Ferrieri, Cousinet, Freinet,
Piaget. Claparede y Decroly (Palacios, 1999).
Constructivista
Recientemente hemos estado observando
cómo un vocablo aparece, cada vez con más frecuencia en el discurso de los
educadores. Esta corriente pedagógica contemporánea denominada
"constructivismo", es ofrecida como "un nuevo paradigma educativo”.
La idea subyacente de manera muy sintética, es que, ahora, el estudiante no es
visto como un ente pasivo sino, al contrario, como un ente activo, responsable
de su propio aprendizaje, el cual él debe construir por si mismo. Como todo
aquello que se divulga con la intención de que sea masivamente
"consumido", se corre el riesgo de usar la expresión
"constructivismo" de manera superficial y no considerar las
implicaciones ontológicas, epistemológicas y metodológicas que derivarían de
sustentar un diseño del proceso enseñanza-aprendizaje sobre bases
constructivistas. Al respecto, Eggen y Kauchak (En Gonzáles y Flores, 1998)
indican que las discusiones sobre la mejor manera de enseñar han absorbido las
energías de los educadores desde el comienzo de la educación formal; tan es así
que han existido diversas controversias y disputas al intentar responder esta
pregunta. En la actualidad, existe la creencia, en muchos profesores, de que el
modelo constructivista es la panacea para los problemas de la educación. De
acuerdo a las ideas constructivistas en educación todo aprendizaje debe empezar
en ideas a priori. No importa cuán equivocadas o cuán correctas estas
intuiciones de los alumnos sean. Las ideas a priori son el material que el
maestro necesita para crear más conocimiento. No obstante, no debe olvidarse
que en todo acto de enseñar estamos imponiendo una estructura de conocimiento
al alumno, no importa cuán velada esta imposición se haga.
El
constructivismo es primeramente una epistemología, es decir una teoría de cómo
los humanos aprenden a resolver los problemas y dilemas que su medio ambiente
les presenta, es una teoría que intenta explicar cual es la naturaleza del
conocimiento humano, o por decirlo mas crudamente es simplemente una teoría de
cómo ponemos conocimiento en nuestras cabezas. El constructivismo asume que
nada viene de nada. Es decir que conocimiento previo da nacimiento a
conocimiento nuevo. La palabra “conocimiento” en este caso tiene una
connotación muy general. Este término incluye todo aquello con lo que el
individuo ha estado en contacto y se ha asimilado dentro de él, no solo
conocimiento formal o académico. De esta manera, creencias, prejuicios, lógicas
torcidas y piezas de información meramente atadas a la memoria por asociación y
repetición, son tan importantes en el juego del aprendizaje como el
conocimiento más puro y más estructurado que pudiéramos pensar.
• Contreras, J. et al. (1996).
¿Existen hoy Tendencias Educativas?. Revista Cuadernos de Pedagogía, 253. 8-11.
• Chomsky, N. (1975). Estructuras sintácticas y Proceso contra Skinner.
Barcelona, España: Anagrama Editores. • Bruner, J. (1960). Process of ed
No hay comentarios:
Publicar un comentario